Entrevista en el diario El Cordillerano

Su libro más reciente lleva como subtítulo “Regreso a la Patagonia en los tiempos del fracking”. Detonó la escritura su experiencia personal, cuando una trasnacional de los hidrocarburos alquiló la antigua chacra familiar en Allen.

Pionera en evidenciar las tramas del modelo que con el paso del tiempo dio en llamarse “extractivista”, difícilmente pudiera entrever Maristella Svampa 20 años atrás, que una de sus variantes se entrometería directamente en su vida personal y familiar. De esa experiencia surgió “Chacra 51. Regreso a la Patagonia en los tiempos del fracking”, su libro más reciente. La obra se presentará este jueves a las 18 en el SOYEM (Gallardo 1262), con el acompañamiento de Laura Maffei y Alejandro Yanniello.

La socióloga y escritora adelantó pormenores desde Catamarca, donde participaba de unas jornadas sobre ecología política, al momento de contactarla El Cordillerano. “En principio, hay que decir que Chacra 51 es un relato escrito en clave personal sobre una problemática de alcance regional, nacional y por supuesto, global. En ese sentido, tiene varios registros: en términos personales hay que tener en cuenta que soy patagónica, nací en Allen y que mi familia continúa viviendo en Allen. Vengo de familia de chacareros y en 2011, a partir de la llamada telefónica de una hermana mía, me enteré de que la chacra de mi abuelo había sido alquilada por una empresa trasnacional para extraer hidrocarburos. La alquiló un primo mío, que estaba a cargo de la chacra, sin autorización de la familia. Este es el punto de partida del relato”, compartió.

Ese episodio “inició una búsqueda sobre lo que se venía en ese momento, cuando muy poca gente conocía o había oído hablar de los hidrocarburos no convencionales”, historió Svampa. “En los capítulos siguientes, continúa la trama personal y local pero al mismo tiempo, se avanza sobre la introducción de los hidrocarburos no convencionales a través del fracking, el avance sobre territorios en los cuales se cultivan tradicionalmente peras y manzanas, el avance en Vaca Muerta y las disputas que se generaron”, continuó.

En los últimos capítulos de “Chacra 51” y “sin ánimo de spoilear (sic), el libro aborda la problemática más global y muestra cuáles son las cartografías de las luchas alrededor del fracking. Convengamos que hay un consenso sobre el fracking que no tiene en cuenta el carácter controversial que tiene en otros países y en el resto del mundo. No hay que olvidar que hace menos de dos o tres semanas, en Inglaterra han prohibido el fracking, entonces trazo la cartografía global de los conflictos para leer en clave socio-ecológica la crisis que hoy estamos viviendo”, insistió la investigadora.

Personal y global

En definitiva, “esos son los diferentes registros de un libro que interpela desde el punto de vista personal porque parte de una experiencia propia, habla de lo que sucede a nivel local con los territorios amenazados por la expansión del fracking pero también desliza y propone una reflexión en clave más ecológica global”. Por las dudas, aclaró Svampa que “está escrito para un público en general, no está propuesto para un público especializado, todo lo contrario. Mi interés es llegar a un público amplio porque creo más que nunca, que estas problemáticas deben ser entendidas, comprendidas y conocidas por la sociedad en general”.

Por otro lado, la oriunda del Valle prevé que “la presentación del libro va a ser una buena oportunidad para reflexionar sobre las alternativas civilizatorias, sobre la transición energética cada vez más necesaria en nuestra tierras y también sobre lo que está sucediendo en nuestra América Latina”, señaló, en referencia sobre todo a los sucesos bolivianos, sobre los cuales se expresó en una reciente columna para la revista Ñ del diario Clarín.

Si bien las consecuencias del extractivismo afectan a todos y todas, era impensado que atravesara tan directamente su propia vida, “efectivamente, me costó mucho escribir este libro. Estuve varios años pensando si hacerlo o no… Mi editora, Ana Pérez, me propuso escribirlo hace varios años y cuando acepté, lo hice consciente del riesgo que implicaba pero al mismo tiempo, convencida de que era necesario dar cuenta de la situación, de lo que estaba sucediendo en esos territorios, tan involucrados con mi historia personal y familiar. De alguna manera, también tuvo una intención sanadora, la de cerrar con ciertas heridas familiares que han atravesado mi vida. En esa línea, puedo decir que ha sido el libro más doloroso que he escrito y lo que me sucedió, no se lo deseo ni al peor de mis adversarios. Su escritura formó parte de un proceso de sanación y por supuesto, no es solo una denuncia sino un llamado de atención sobre la gravedad de estos procesos extractivos que amenazan la vida y su reproducción en nuestros territorios”, insistió la reciente Premio Nacional de Ensayo Sociológico.

Las transformaciones que en tan poco tiempo sufrió ese rincón entrañable del Alto Valle están presentes en las páginas de “Chacra 51”. En su transcurso, “trazo una historia de la producción de la fruticultura, desde la época en la cual llegó mi abuelo a principios del siglo XX, la historia de mi padre ligada sin dudas a las acequias y álamos, y lo que está sucediendo en el presente, con la avanzada de la fractura hidráulica. Esa transformación puede analizarse también en términos del pasaje compulsivo de chacarero a superficiario, del chacarero que pierde la posibilidad de controlar las transformaciones en el territorio”. Tránsito tan drástico como la imagen de portada de “Chacra 51”: una torre inmensa e iluminada que se recorta contra el otrora cielo bucólico del paisaje rionegrino.

Próxima vecina de Dina Huapi

Como datos duros, “hay que recordar que se ha perdido cerca del 6 por ciento de las tierras productivas en Allen, de las 6.000 hectáreas que hay, aproximadamente”, ilustró Maristella Svampa. “Hoy en día hay más de 150 pozos de fracking y en carpeta unos 90 más, que avanzan de manera intensiva sobre la producción y hay que decirlo también, ha habido efectos o impactos muy notorios en términos de contaminación del agua, de la tierra, derrames, incendios y fugas que por ejemplo, el Observatorio Petrolero Sur ha revelado de manera detallada”.

A pesar de deterioro tan visible, “hay mucha indiferencia por parte de la población porque los impactos que se producen en el territorio todavía perjudican (solo) a la población rural, a la población pobre e invisible de siempre, lejos todavía de la localidad de Allen. Lo que ha sucedido, creo yo, es que la gente de Allen, pese a conocer que el fracking avanza sobre los territorios rurales de manera intensiva y exponencial, no lo ha transformado en un problema público capaz de cuestionarla o interpelarla”, polemizó.

El subtítulo del libro no solo se explica literariamente porque “aproximadamente en un año estaré viviendo en Dina Huapi. Como muchos saben, la Patagonia es mi territorio, mi territorio afectivo y también literario. Recuerden que en 2013, escribí El muro, una novela que ahonda en las contradicciones en esa zona (transcurre en Bariloche) y debo decir que siempre sentí mucha fascinación por ese paisaje de tránsito entre la estepa y la cordillera. Dina Huapi, al lado del hermoso lago, es una localidad maravillosa. Entonces, he elegido ese lugar para volver a mis raíces patagónicas”, avisó Svampa. Inminente vecina notable.

El Cordillerano
https://www.elcordillerano.com.ar/noticias/2019/11/18/84905-llega-maristella-svampa-para-presentar-chacra-51