“Hay una vampirización de los escraches”, reportaje a M. Svampa, Crítica, 08/06/2009

por Gabriela Vulcano 

Con varias reflexiones escritas sobre el conflicto agrario a lo largo de todo el año pasado, la doctora en Sociología y especialista en protestas sociales Maristella Svampa analiza las huellas que dejó esa disputa entre el gobierno nacional
y los ruralistas, y define la apropiación de los “escraches”
por parte de los hombres del campo como una “vampirización” que “vacía el sentido originario”
de esa metodología de reclamo. A punto de presentar
su próximo libro Minería trasnacional,narrativas del desarrolloy resistencias sociales, la investigadora del Conicet afirma que “detrás de los escarches,
muchas veces, está el ataque a los políticos corruptos”.
–Los escraches surgieron como intervenciones públicas en casos de violaciones a los derechos humanos con el fin de señalar a los represores. Hoy se habla de “escraches”
rurales, ¿se puede decirque hubo una resignificación de
ese término?
–Hubo una evolución de los escraches en los últimos años.
Originariamente, estuvieron asociados a la agrupación HIJOS, que a través de la acción directa colocaba en la escena pública el tema de la impunidad.
Luego, el escrache fue tomado por otros actores y con objetivos diferentes. En ese sentido, un punto de inflexión lo marcan los ahorristas durante 2002, que si bien ponían al descubierto el tema de la estafa también ponían
de relieve la furia propietaria. Más tarde, los escraches fueron retomados por los productores rurales. En este caso, están más relacionados con la furia propietaria
que con la estafa o la injusticia.
–Se produjo, entonces, el cambio de sentido.
–Y por eso es posible hablar de la vampirización del escrache, ya que ha sido vaciado de su sentido originario, que lo ligaba con la cuestión de la injusticia.
Mientras la resignificación o reapropiación puede ser negativa o positiva y sucede también con los símbolos y mitos de una cultura, la vampirización alude a un proceso claramente negativo de aprovechamiento, distorsión
y vaciamiento de las ideas y representaciones originales.
–Usted señala que hubo una vampirización del escrache debidoa la transformación del sentido de esta metodología de protesta. Sin embargo, también hubo cambios respecto de los modos. El gobernador bonaerense Daniel Scioli fue golpeado y al diputado nacional Agustín Rossi le rompieron el auto. ¿Cuál sería la diferencia con el concepto de agresión?
–Es cierto, lo que no hay ahora, a diferencia de lo que había en los escraches de los ahorristas, es una puesta en escena. No es más que agresión física y repudio al otro. En el discurso binario que se está construyendo,
el adversario o enemigo es la clase política, en este caso, identificado con el Gobierno. Detrás de los escraches, muchas veces, está el ataque a los políticos corruptos.
–El titular de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo
De Angeli, le dijo “pelotudo” al ex presidente Néstor Kirchner, y el dirigente ruralista y candidato del Acuerdo Cívico y Social Jorge Chemes declaró que “como en la guerra, hay que ir matando a los primeros de la fila”. ¿A qué responden estos niveles de virulencia en el terreno discursivo?
–No es novedoso. Es producto del conflicto que se instaló entre los sectores agrarios y el Gobierno. La polarización discursiva y política alcanzó niveles que no se habían visto en las últimas décadas, donde se alentaban falsas  posiciones del lado del Gobierno, que está lejos de representar un modelo de justicia social, y del lado de los productores agrarios, que están lejos de representar los intereses generales.
–¿Detrás de estos “escraches” se están discutiendo otras cuestiones que exceden la problemática agraria?
–No hay dos modelos en pugna, es decir, no hay una polarización entre un gobierno nacional popular y una suerte de oligarquía campestre en defensa de su puro privilegio. También es cierto que el propio lenguaje de
movilización de los productores agrarios, que eran los que realizaban los cortes y que probablemente son los que realizan los escraches, es funcional con el discurso de la derecha.
–Kirchner dijo que el campo“cambió los tanques por los
tractores”, ¿hay algún tipo de vinculación entre las banderas y globos negros de las protestas ruralista y los crespones negros pintados sobre los pañuelos blancos de la Plaza de Mayo?
–En un principio, las protestas estaban más indeterminadas
ideológicamente, ahora cobran una determinación mayor en la medida en que son funcionales a los intereses de la derecha. l