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El dÃa que los ambientalistas se colaron entre los popes de la megaminerÃa
Un seminario organizado por multinacionales mineras para lavarle la cara al sector más polémico del paÃs terminó a los gritos cuando se empezaron a escuchar argumentos sobre sus privilegios impositivos y sus riesgos ambientales. Uno de los periodistas invitados a “debatirâ€, colaborador de PlazaDeMayo.com, fue acusado de “ignoranteâ€, “unitario†y “retrógrado†por algunos de los empresarios y por funcionarios de la SecretarÃa de MinerÃa, que volvió a descalificar las protestas.
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No suelo escribir en primera persona, pero esta crónica será la excepción para facilitar la lectura y porque me tocó ser uno de los protagonistas. La historia transcurrió el miércoles pasado (16 de noviembre) en el hotel Panamericano, frente al Obelisco, donde la revista “Panorama Minero†–financiada por las multinacionales del sector y sus proveedores– convocó a un seminario para debatir sobre “comunicación sustentableâ€. La búsqueda que sobrevolaba el encuentro era la de una estrategia comunicacional más efectiva para combatir mejor la resistencia que genera la megaminerÃa en los pueblos donde se la busca implantar. Por eso los organizadores invitaron a exponer a periodistas de varios medios de circulación nacional y no sólo a quienes suelen reivindicarla de manera más o menos explÃcita, por convicción o por interés.
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El secretario de MinerÃa de la Nación, Jorge Mayoral, inauguró el encuentro con media hora de descalificaciones a los cuestionamientos de los expertos ambientalistas y a los vecinos de Catamarca, San Juan, Mendoza, Santa Cruz, Neuquén y otras provincias que se oponen a la megaminerÃa trasnacional. También dejó una velada amenaza a los hombres de prensa, a quienes nos avisó que esta vez tenÃamos “todo el público en contraâ€. Los 200 ejecutivos, funcionarios, ingenieros y geólogos que colmaban el segundo piso del Panamericano rieron y le festejaron la humorada.
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DÃas antes del acto, cuando me convidaron a integrar el panel de hombres de prensa, yo habÃa avisado que mi posición era crÃtica y que quizás eso les resultara incómodo. Les recordé que ya en 2005 habÃa escrito esto http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-2088-2005-10-02.html en Página/12 y luego notas del mismo tenor en El Cronista, Crìtica y BAE. Respondieron que era mejor, para que hubiera “más pluralidad†en las ponencias. Pero el animador del evento, Claudio RÃgoli, avisó al comenzar la charla que los periodistas estábamos para “hacerles preguntas†a los gerentes de las mineras, ubicados en otro panel en el mismo salón.
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La maniobra era evidente: mostrar hacia fuera “diálogo†y “pluralismoâ€, aprovechando el rol de fiscales que la sociedad nos asigna (la mayorÃa de las veces, injustamente) a los periodistas. Por eso interrumpà la ronda de preguntas y pedà cinco minutos para hablar de los datos que se estaban soslayando. Cité datos del libro “15 mitos y verdades sobre la minerÃa trasnacional en Argentinaâ€, que acaba de editar el colectivo Voces en Alerta, y recordé que en los hechos, las mineras gozan de un régimen impositivo privilegiado que ningún otro sector de la economÃa siquiera se atreverÃa a soñar. También cité a Miguel Bein, uno de los consultores más cotizados de la City, quien opinó en unas Jornadas del Banco Central que las multis se limitan a “cortar pedazos de montaña y llevárselos, sin dejar nada en el paÃs ni en las regiones que explotanâ€.
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Los datos de “15 mitos…†son irrefutables. Allà se detalla, por ejemplo, cómo nuestros paÃses subsidian ecológicamente a las potencias del Norte permitiendo el uso de tóxicos prohibidos en las naciones que terminan consumiendo los metales extraÃdos al Sur del mundo. También se desarticula el verso de la “creación de empleo†y los “encadenamientos productivosâ€. En Chile, paÃs donde los minerales explican el 63% de las exportaciones, el sector sólo emplea al 0,8% de la población ocupada.
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Hechas las denuncias del caso, sin ánimo de convencer a nadie allÃ, insistà en que no tenÃan que convocar a periodistas para debatir, sino a los vecinos de las asambleas ambientales y a los académicos que estudian los efectos de la minerÃa en el ambiente y en las sociedades afectadas, como Maristella Svampa, Norma Giarraca, Miguel Teubal y los demás autores de “15 mitos…â€. Que yo no estaba ahà para legitimar a nadie y que la resistencia de los pobladores me parecÃa completamente lógica, incluso pese a retrocesos como el de San Juan, donde José Luis Gioja logró la re-reelección por amplio margen, con la Barrick Gold como virtual compañera de fórmula.
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Los gerentes del panel se peleaban por salirme al cruce. El CEO de La Alumbrera, Julián Rooney, me acusó de “no saber leer un balance†por haber dicho que la mayor minera del paÃs facturó 1.500 millones de dólares el año pasado y se los llevó del paÃs. “Eso es la facturación, no la gananciaâ€, retrucó, sin responder a ninguno de los demás argumentos. A su lado, el geólogo y lobbista Patricio Jones, ejecutivo de varias multinacionales, hacÃa gestos de “te lo cogiste†sin ocultarlos al auditorio.
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Lo más agresivo fue lo del presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras (Gemera), Julio RÃos Gómez, quien me acusó a los gritos de “mirar la economÃa desde el puerto†y de “desconocer la realidad del interiorâ€. Ante mi advertencia de que me retirarÃa si el debate era una simple descalificación, redobló la apuesta: “Vos hiciste sonar la campana, flaco, ahora no te quejésâ€.
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Mayoral se habÃa retirado tras su discurso de inauguración, pero los funcionarios que seguÃan presentes defendieron la postura de los empresarios. No en vano el funcionario kirchnerista se habÃa referido a ellos como “el sector al que representoâ€. Del resto del panel de periodistas, el único que pidió la palabra para pedir mesura y responder a los mineros fue el jefe de Negocios de El Cronista, Horacio Riggi.
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Tras la catarata de improperios y gritos que se sucedieron, inusuales en ese tipo de eventos, una docena de ejecutivos que habÃan observado el cruce se acercaron para invitarme a visitar sus explotaciones y mostrarme allà que “no son tan malosâ€. Los organizadores también me enviaron una carta para agradecerme y avisarme que habÃan invitado a “varias ONGs ambientalistasâ€, pero que “pocas habÃan participadoâ€. Les recomendé que hablaran con Svampa, quien antes me habÃa confirmado por teléfono que jamás fue convidada a debates cara a cara con las compañÃas del rubro.
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