Debate en la feria del libro en RÃo Gallegos, por la megaminerÃa en la provincia de Santa Cruz.
Publicado en PlazadeMayo.com
El sábado 9 de junio viajé a RÃo Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, donde participé de una actividad de la feria del libro, organizada por la CTA. Allà presenté el libro 15 mitos y realidades de la minerÃa transnacional en Argentina, obra que realizamos junto con otros investigadores de diferentes universidades públicas, bajo el nombre de colectivo “Voces de Alertaâ€; la cual va por la segunda edición en nuestro paÃs y ha sido editada también en otros paÃses, como Uruguay y Ecuador.
Apenas puse pie en RÃo Gallegos, me recibió un viento glacial que anunciaba la pronta llegada de la nieve. Sin embargo, más gélido aún fue el cerco mediático con el cual me encontré, solo comparable con el que es posible percibir en la provincia de San Juan, emblema de la alianza entre corporaciones mineras trasnacionales y gobiernos provinciales.
Asà por ejemplo, la actividad a la cual me habÃan invitado no figuraba en el programa de la feria del libro de RÃo Gallegos; ni tampoco apareció ese mismo sábado en la programación que dÃa a dÃa publicaban los diarios de la provincia (entre ellos, Tiempo Sur y La Opinión Austral), pese a la promesa de que serÃa incluido. Por último, un rato antes de que la actividad arrancara, desde la organización de la feria del libro alguien deslizó a uno de mis anfitriones que en realidad la charla estaba prevista para el dÃa anterior…
Aún asÃ, pese al cerco mediático y gracias a la campaña que hiciera especialmente el MST, a través de afiches y distribución de volantes, tanto como del “boca a bocaâ€, vinieron unas 70 personas a la actividad, entre las cuales hubo un par de diputados provinciales (de un partido de la oposición); un ex ministro de economÃa del anterior gobierno, profesores de la UNPA, varios adherentes a Plataforma 2012 y familiares de los mineros muertos en RÃo Turbio (¿Se acuerdan de aquella otra “tragedia†de 2004, en la cual murieron 14 trabajadores, en una mina que tenÃa un Ãndice de accidentalidad que duplicaba el promedio estimado para la actividad? Pues ahora se cumplen 8 años y los familiares continúan con los reclamos, completamente abandonados por el Estado).
Aunque no pudieron llegar los asambleÃstas de la localidad de Gregores, ubicada en el centro de la meseta, estuvo presente un miembro de la Asamblea de defensa del agua de Los Antiguos, una encantadora localidad a orillas del lago Buenos Aires, donde se producen frutas finas, lo cual dejó en claro que pese al silencio y la ausencia de debate también hay resistencias a la megaminerÃa en Santa Cruz. La charla duró más de dos horas; contó con numerosas intervenciones de los presentes, todos ellos convencidos de la necesidad de abrir el debate social sobre la cuestión de la megaminerÃa en la provincia, donde según se dice, habrÃa unos 400 emprendimientos mineros en trámite.
No deja de sorprender la hostilidad de los organizadores de la feria y más aún, el silencio de los medios en torno a la actividad, precisamente en estos dÃas, cuando la minerÃa es nota de tapa en todos los diarios de la provincia. Es que el gobierno provincial está reclamando a las corporaciones mineras que “inviertan más dinero†en un fondo de Responsabilidad Social Empresarial. Se les ha pedido que aporten 14 millones de pesos por mes para financiar los 14 hospitales de la provincia, poniendo en evidencia la profunda crisis en la que se encuentra el estado provincial, en medio de huelgas y reclamos de empleados públicos.
Sin embargo, CAMICRUZ, la cámara minera de la provincia, respondió con un “no†firme a este amable pedido del gobernador, por lo cual en los últimos dÃas el tono de la confrontación comenzó a subir, de la mano de encendidas declaraciones gubernamentales que van en el sentido de “no malinterpretar la visita de la presidenta al yacimiento de Cerro Vanguardiaâ€, hasta la amenaza de que pueden “correr la misma suerte que Eskenazyâ€, si las mineras no dejan algo de dinero a la provincia a través del fondo de responsabilidad social empresarial, esto es, mediante donaciones…
Bueno es saber que Santa Cruz es la tercera provincia minera del paÃs, detrás de Catamarca y San Juan, y como estas otras dos provincias, la minerÃa está lejos de haberse convertido en un motor de desarrollo. Este mito que esgrimen los defensores de la megaminerÃa se ve desmentido por la crisis fiscal que atraviesan tanto Catamarca como Santa Cruz, sin contar que durante 2011 Catamarca continuaba recibiendo del Estado Nacional (es decir del conjunto de los argentinos) el triple de fondos que Mendoza, y San Juan, el sÃmbolo de la megaminerÃa, el doble.
Si tomamos los trabajos de investigación realizados por nuestros colegas del sur (entre ellos, de Larry Andrade, de la UNPA), en 2011, la minerÃa en Santa Cruz produjo un total de 355.800 onzas de oro. “Un cálculo simple arroja una ganancia de 426.960.000 dólares generados en las empresas mineras radicadas en la provincia sólo por la venta de oro y tomando un costo por onza estimado promedio en 1.100 dólares (cualquier portal de internet hoy muestra que la onza está sobrepasando los 1.400 -con picos de 1.600 durante mayo/11 y de 1900 en julio/11- y que durante 2010 no bajó de 1.100). Por la venta de la cantidad de onzas de plata indicadas más arriba, a 18 dólares la onza, la gran minerÃa obtuvo en Santa Cruz 241.200.000 dólares†(Andrade, “Aproximación al impacto de la minerÃa en Santa Cruzâ€, 2011).
Una de las principales empresas radicadas es la Anglo Gold Ashanti, multinacional de origen sudafricano e inglés, que es nada menos que la segunda empresa productora de oro en el mundo. Esta empresa hoy enfrenta conflictos muy graves en Colombia, los cuáles han llevado a la suspensión de una gran explotación (mina La Colosa), debido a la denuncia de las organizaciones ambientales. AquÃ, Anglo Gold Ashanti es propietaria del 92,5% de las acciones de CERRO VANGUARDIA (la mina que está cerca de Puerto San Julián), mientras que el restante 7,5% es de Fomicruz. Cerro Vanguardia –que se asienta en un área de 514km cuadrados, donde se remueven 25 millones de toneladas de roca por año-, obtiene una producción de 220.000 onzas anuales, lo cual arroja grosso modo unos 330.000.000 dólares al año… Fomicruz, les recuerdo, es la empresa del estado provincial que los progresistas defensores de la minerÃa han presentado como modelo a seguir, en el marco de la OFEMI. Claro que al ver la situación de crisis fiscal en la que se encuentra Santa Cruz y lo poco que aporta la megaminerÃa –con Fomicruz incluido- uno se pregunta acerca de qué modelo se trata…
En realidad, Santa Cruz no es una excepción. Como en otras latitudes, la expansión de la megaminerÃa confirma la ecuación “exiguos ingresos fiscales versus enormes ganancias empresarialesâ€. Agrega a ello, una total opacidad informativa respecto de los controles y monitoreos ambientales que deberÃa realizar el Estado provincial. Por ejemplo, nada se sabe sobre el impacto de la minerÃa sobre el suelo y el agua, adónde van a parar los millones de toneladas de escombros, o el estado de los diques de cola, entre tantas otras cuestiones que involucra el modelo actual de megaminerÃa. Por último, en Santa Cruz existe un celo particular por mostrar que respecto de la megaminerÃa, y a diferencia de otras provincias, no existen fisuras crÃticas: como buscó mostrarlo la presidenta en su entusiasta visita a Cerro Vanguardia o sus alusiones a las virtudes de los pueblos mineros, Santa Cruz parece ser el mundo feliz de la megaminerÃa…
Hoy ese silencio ha sido quebrado parcialmente por el ejecutivo provincial en el marco de una profunda crisis fiscal. Esta apertura, que podrÃa inducir la ilusión de un debate de sociedad, en realidad tiene claros lÃmites, sobre todo, en lo que se refiere a quienes están autorizados a enunciar la crÃtica y en qué sentido ésta debe ser encauzada.
En Santa Cruz, el celo y el cepo continúan manteniéndose firmes, en contra de la apertura de un debate democrático que involucre a diferentes actores –fuera de los empresarios y los representantes del gobierno-. La sociedad civil, la población, la cuidadanÃa –organizada o no– continúa siendo la convidada de piedra. AsÃ, todo discurre como si el incansable viento patagónico o el aire frÃo de los mausoleos estuvieran allà para congelar desde el inicio cualquier intento de debate o cuestionamiento a la megaminerÃa que provenga de otras voces que no sean las oficiales.